lunes, 5 de octubre de 2020

 

 Sars 2, Revelación y Crisis


El 12 de enero del 2020, la organización mundial de la salud dio alerta al mundo por un virus en el cual cambiaria la forma de vivir de toda la humanidad, en diciembre del 2019 hubo un brote epidémico de neumonía de causa desconocida en Wuhan provincia de Hubein china, lo cual cuando se conoció una extraña neumonía en las personas, el centro médico de ese país empezó hacer sus investigaciones sobre esa extraña enfermedad.

El 30 de diciembre el comité de salud municipal de Wuhan informó a la organización mundial de la salud que 27 personas habían sido diagnosticadas con neumonía de causas desconocida, habiendo 7 de estado crítico, la mayoría de estos casos eran trabajadores del mencionado mercado.

Al finalizar el 2019, el 7 de enero del 2020 el mercado había cerrado y se había descartado que el causante de la neumonía fuera el “SARS” conocida como enfermedad respiratoria causada por este virus.

En el transcurso del 2020 la situación cada vez iba más grave, el 12 de enero del presente año las autoridades de china habían confirmado la existencia de 41 personas infectadas con el nuevo virus, quienes comenzaron a sentir síntomas entre el 8 de diciembre de 2019 y 2 de enero del 2020, los cuales incluían fiebre, malestar, tos seca, dificultad para respirar y fallos respiratorios.

La expansión de la enfermedad hizo que la organización mundial de la salud el 30 de enero de 2020, la declara una emergencia sanitaria de preocupación internacional, basándose en el impacto que el virus podría causar en los países subdesarrollados con menos infraestructuras sanitarias.

Colombia es uno de los países que están en vía de desarrollo, en temas de salud, el país no ha tenido como tal la prioridad de tener siempre presente el personal médico, Hoy la “peste” ha penetrado con fuerza en los sectores populares, transportada principalmente por trabajadores informales y precarios a sus hogares, lo cual esto conlleva a redescubrir como determinante de la salud hace su parte en expandir las probabilidades de contagio. La desconfianza en las instituciones, las diferencias en los modelos explicativos de salud/enfermedad, la pérdida de vínculos con la alteridad nacional, lo masculino entendido como exponerse al ocultamiento de la enfermedad por miedo al estigma y a los hostigamientos, y la necesidad de alimentarse, parecen ser algunas de las formas de comprender la falta de apego y aceptabilidad de las medidas preventivas en parte relevante de nuestra población.

Por Adrian  Fonseca Epalza 

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