Imagínate que un día llegaras a tu casa y no hubiera agua para bañarte, estuviera todo tan saturado de basura y desperdicios que no pudieras ni caminar o sentarte en algún lado. Imagina el hedor tan impresionantemente desagradable que se desprende de tanta suciedad.
Pues bien, aunque no lo sientas así nuestro planeta es nuestro hogar, el único que tenemos y justamente eso estamos haciendo, ensuciándolo, contaminándolo y destruyéndolo; y lo peor de todo es que no solo es nuestro también es de todos los demás seres vivos que en él existen, quienes no pueden contaminarlo como nosotros, pero si sufren las terribles consecuencias de nuestros actos
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